¿Tu teléfono te aparta de Dios?

¿Cuánto tiempo te la pasas en tu teléfono al día? Creo que mucha gente no se pregunta eso. ¿Ahora déjame hacerte otra pregunta, cuanto tiempo te la pasas orando y leyendo tu biblia?

Vivimos en un mundo donde la tecnología esta demasiada avanzada y parece que nuestros teléfonos celulares han tomado control de nuestras vidas diarias. Todos podemos estar de acuerdos que la tecnología es buena hasta un cierto punto.

No le quitemos tiempo a Dios por causa de nuestros teléfonos

Las redes sociales pueden ser de buen uso, incluso pueden ser de bendición para algunas personas. Por ejemplo, a mí me ayudó mucho escuchar predicaciones por medio de la plataforma de YouTube. Sin embargo, por enveses me salían videos recomendados que no eren buenos en términos de que el contenido de los videos no era respaldado por la santa Palabra de Dios.

 Pero mucha gente se la pasa horas en el teléfono, viendo cosas por Facebook, Instagram o YouTube que no edifican ni te motivan en términos espirituales. Entonces, deberíamos ser diligentes cuando usamos nuestros teléfonos para buscar palabra y dirección de Dios.

1 Corintios 10:23

Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.

Los peligros de los teléfonos y como te apartan de Dios

Ha habido estudios que muestran que los teléfonos son causa de que ya no haiga comunicación entre familias. Incluso también ha habido reportes de que la causa de muchos divorcios son los teléfonos y las redes sociales. Y como los teléfonos se han convertido en una rutina para muchos, no nos damos cuanta de como realmente también puede estar afectando nuestro tiempo con Dios.

Entonces veamos los peligros de los teléfonos y como los pueden estar apartando de Dios

1. Confusión

Las redes sociales y el internet son medios rápidos para encontrar respuestas. Sin embargo, la respuesta puede estar incorrecta o inadecuado y puede ocasionar confusión. La mejor respuesta se encuentra en la biblia y deberíamos tomar tiempo de leer la biblia física. El peligro de la confusión es que puede es de que uno pierde el interés en las cosas de Dios por causa de tanta confusión.

Tesalonicenses 5:21-23

Examinadlo todo; retened lo bueno.
Absteneos de toda especie de mal.
Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.

2. Distracción

Nuestros teléfonos pueden ser de distracción aun cuando queremos leer la biblia a través de una aplicación electrónica. Esta aplicación es muy conveniente, incluso yo misma la uso en el trabajo. Sin, embargo puede traer distracción porque como uno está usando el teléfono para la aplicación, le pueden llegar mensajes por Facebook o Instagram. Y al abrir los mensajes, uno se distrae y ya no se enfoca en la palabra de Dios. Es cierto, uno puede apagar las notificaciones y incluso poner su teléfono en modo de avión. Pero la realidad es que no hay nada mejor que meterse en su cuarto, apagar el teléfono para evitar cualquier distracción y leer la biblia física.

Hebreos 4: 12

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

3.  Descarriarse

Cuando uno empieza a buscar respuesta de Dios a través del teléfono corre el peligro de descarriarse si su nivel espiritual y si su conocimiento de la palabra de Dios es mínimo. Si uno tiene poco reconocimiento de la palabra de Dios, pueda que crea cualquier otra cosa que vea o escuche a través del teléfono. Como mencione al principio, no todo lo que aparece en el internet es correcto, tiene que ser respaldado por lo que esta en la Santa Escritura de Dios. Es importante que no se descarrié de lo que usted ya sabe porque el enemigo puede poner cualquier cosa para que usted vea lo que antes veía malo como bueno.  

Hebreos 2:1

Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos.